He leído que los niños desde los cuatro hasta los cinco años están inmersos en lo que se llama REALISMO FORTUITO o FALLIDO. En esta fase no tienen intención de esbozar algo en concreto, sino que, después de hacerlo, le dan nombre.
Comienzan a ser conscientes de que sus dibujos son parte de su forma de expresión y lo habitual es que nos los presenten con ilusión. Está claro que si nos contagiamos de su entusiasmo y alabamos sus creaciones, estamos motivándoles y cada vez se empeñarán en hacerlo lo mejor posible.
En el taller de creatividad infantil se posibilita que pinten, el entorno está preparado para que mancharse no sea un problema, y tienen a su alcance lo necesario para pintar, crear, imaginar, observar...
Aquí os dejo unas fotos de los primeros trabajos con acrílicos de tres niños de cuatro añitos: Amaia, Paula y Santiago. Me parecen sorprendentes.
Esta marina me ha sorprendido no sólo por lo que se ha esforzado la niña en crear un halo desvaído alrededor de los "dos soles" sino porque ha creado los reflejos de éstos en el agua, cosa que les comenté yo hacía semanas, hablándoles del impresionismo y de cómo los artistas impresionistas trataban de plasmar la luz allá donde se mostrara...son verdaderas esponjas.
Mientras pintaba, Santiago iba haciendo recuento (entre dientes) del color que le faltaba y rápidamente lo encajaba en su trabajo.
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