La primera sorprendida de haber pintado este mural soy yo. El encargo era simple: "queremos estar tumbados en la cama y sentir que estamos en la arena". Supongo que mientras oía estas palabras, mis cejas se levantaron... ¡Pues a la marcheta!
Normalmente diseñamos y pintamos los murales para que se integren en la arquitectura, que concuerden con los ambientes. En este caso, el mural más que integrarse, se apropia e invade el dormitorio.
A continuación la foto que entre risas, echaron los indígenas de la playa. La gente ilusionada, te alienta inmensamente. Gracias pareja.
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